Fuente: АrсhDаilу
Centro Náutico / Atelier Pulver Architectes
Texto descriptivo proporcionado por los arquitectos. Anclado pacíficamente sobre su pedestal de hormigón, el nuevo centro náutico de Nant, un pequeño pueblo en la parte francesa de Suiza, es una construcción ligera que consta de dos estructuras autónomas. La primera, sobre la que descansa una cubierta opalescente, alberga la segunda, formada por tres volúmenes autoportantes que albergan un centro de ocio para actividades náuticas, una sociedad de socorristas, así como el aseo público de la playa cercana.
El pensamiento inicial detrás del proyecto se basa principalmente en las necesidades actuales de los usuarios mencionados anteriormente. Además, también intenta dar respuesta a la necesidad de flexibilidad para asegurar la sostenibilidad del proyecto. En otras palabras, la estructura tiene la capacidad de evolucionar y adaptarse a nuevos usos potenciales futuros.
De esta voluntad surge una gran cubierta estructural que alberga cada programa, diferenciados visualmente por tres volúmenes autoportantes. Los once arcos, sobre los que descansa la cubierta del conjunto, se separan conscientemente del recinto y contribuyen a unificar la estructura al mismo tiempo que la protegen de las inclemencias del tiempo. La generosa huella del edificio da como resultado una serie de corredores que distribuyen las diferentes partes del pabellón.
La disociación visual da como resultado la creación de dos arterias que se cruzan actuando como lugares transitorios al mismo tiempo que multiplican los accesos a los diferentes programas. Además, también aportan una serie de cualidades de uso. En efecto, por sus dimensiones actúan como espacios intermedios favoreciendo la libre apropiación por parte de los usuarios. Garantizan la transparencia visual entre el edificio y el lago, al mismo tiempo que proporcionan vistas privilegiadas de este último. En un afán de homogeneidad, sólo el juego entre el revestimiento horizontal y vertical permite diferenciar sutilmente las puertas correderas de las paredes de madera.
Al igual que la estructura, que se contenta con responder con eficacia a las diversas funciones que alberga, los diversos materiales que componen la estructura han sido elegidos de forma que respondan a las exigencias y criterios impuestos. Se hizo hincapié en la facilidad y rapidez de implementación, el impacto ambiental, la durabilidad, el costo, así como el impacto visual en el paisaje existente. Por lo tanto, la madera fue una elección natural. La especie, en este caso, el abeto certificado Swiss Label, se utiliza en toda la construcción en varias formas.
El armazón y el revestimiento son de abeto en bruto, las particiones interiores son de triple hoja y los pórticos son de madera laminada encolada. Todos los elementos están sin tratar, para permitir que la madera envejezca y desarrolle una pátina con el tiempo, otorgándole así una protección natural que le permitirá integrarse discretamente en su entorno. Por motivos de sencillez de ejecución y rapidez de ejecución, todos los elementos fueron prefabricados en taller y posteriormente ensamblados en obra.
El techo, gracias a sus propiedades, amplifica y difunde de manera óptima la luz natural en el interior del local y, en consecuencia, reduce el uso de luz artificial durante el día.
Fuente: АrсhDаilу
