Fuente: АrсhDаilу
Casa Les Porxade / ENDALT Arquitectes
Texto descriptivo proporcionado por los arquitectos. La destrucción de l’Horta de València, uno de los principales valores culturales y medioambientales del área metropolitana de la ciudad, ha sido una constante en nuestro territorio. En el marco de una urbanización reciente que está acabando con una parte de este patrimonio, la Casa de les Porxades nace para recuperar y dar sentido a la arquitectura del pasado en el territorio sobre el que se asienta y, al mismo tiempo, aprovechar las lecciones de sostenibilidad e integración paisajística de la arquitectura vernácula desde una visión y lenguaje contemporáneo.
Formalmente, la casa sigue el camino de las alquerías que se encuentran a escasos metros de esta urbanización rodeada de huertas; edificaciones compuestas por un volumen principal a dos aguas al que se adosan otros volúmenes con geometrías diversas: con cubiertas inclinadas, cubiertas planas, porches, etc. Esto también le confiere un aire de crecimiento orgánico propio de la arquitectura tradicional.
La casa recibe su nombre de sus porches en voladizo, un elemento muy mediterráneo que crea filtros entre el espacio interior y exterior. Estos porches juegan un papel fundamental en el proyecto, ya que los propietarios deseaban disfrutar de una terraza a la sombra durante el verano que no sería impráctica en los días de lluvia.
Así, se optó por hacer referencia a aquellos porches de arquitectura tradicional de la zona pero prolongando hacia el exterior los forjados de la casa. Sus dimensiones y orientación sureste ayudan a proteger el interior del exceso de radiación solar en verano pero permiten su entrada a la vivienda en invierno.
Esta es una de las estrategias bioclimáticas de la casa, que se apoya en soluciones pasivas que ayudan a climatizar la casa de forma natural durante todo el año minimizando el consumo energético.
Para los huecos de la planta superior la estrategia es diferente, ya que además de la necesidad de generar sombra para controlar la incidencia de la radiación solar sobre el vidrio, también existe la necesidad de privacidad y control de las vistas. Por ello, se utiliza otro elemento de la comarca: las persianas alicantinas.
La casa se organiza en torno a un pequeño patio interior, que evoca el significado y la función social de las chimeneas de Wright, y al que se orientan todos los espacios sociales. Estos espacios han sido repensados para la vida contemporánea, donde la cultura mediterránea también se refleja en su uso. Por ejemplo, la cocina adquiere un protagonismo indiscutible y ya no es un espacio residual, sino un espacio que acoge multitud de actividades relacionadas tanto con las zonas de estar como con las terrazas y el patio.
En este caso, el espacio de encuentro exterior es un referente visual del interior gracias a su ubicación privilegiada en la casa, y además tiene una importante función climática. Su altura y la colocación de las ventanas oscilobatientes en la parte superior de los vanos permiten que este espacio actúe por convección, enfriando pasivamente la vivienda.
La cerámica, como material tradicional, se convierte en protagonista, contrastando su color, geometría y el juego de luces que crea en su aplicación en planta baja con la planitud y pulcritud de los volúmenes en planta primera. Así, el proyecto se basa en el local, los sistemas constructivos y los materiales conocidos por los constructores de la zona. Evita soluciones complejas y se apoya en la experiencia de quienes tienen que construirlas.
Fuente: АrсhDаilу